El domingo pasado al igual que este estuvimos con mi pololo todo el día acostados y nos dio la hora de almuerzo dominguero (tipo 4 de la tarde) en la cama y sin ningunas ganas de cocinar (bueno él no quería cocinar, yo nunca cocino), así que decidimos pedir comida peruana al Rocóto (el nombre se debe a un pimentón extrapicante según nos dijo la niña que atendió nuestro llamado). 40 minutos después, cuando yo ya me empezaba a poner mal genio por el hambre, tocaron la puerta con nuestro rico menú limeño, que consistía en un cebiche de reineta, un ají de gallina y un lomo mar y tierra, estos últimos acompañados con arroz y los 3 platos por una módica suma. Todo estaba exquisito y muy llenador, especial para un día del papá sin papá y con muchas ganas de no hacer nada. Para todos a quienes les gusta la comida peruana o para quienes todavía no la prueban les recomiendo Rocóto con los ojos cerrados (y las papilas gustativas bien abiertas), aquí va el link http://www.rocoto.cl/ y unas fotos del nuestro pedido.
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