miércoles, 1 de junio de 2011

Síndrome

Estas últimas semanas han sido muy estresantes, con mucha pega en la u y un virus que me tuvo en cama entremedio. Luego de todo el encierro mi síndrome de compradora compulsiva se agudizo; lugar al que entraba tenía que llevarme algo. El domingo fui a ropero paula y después de dar muchas vueltas,  y aunque dije que no me compraría zapatos, no pude resistirme a unos de la tienda de buenos aires, que estaban hechos para mi y más encima a solo 19.990 (solo quedaba un par y era en mi numero). Después de eso como mi pololo quería comprar comida (le encanta cocinar) fuimos al Totus. Es un super bien completo, pero no me puede llegar a gustar, especialmente porque no soporto sus propagandas donde las mujeres quedan prácticamente como deficientes mentales que solo son buenas para ir al supermercado y nada más. Ahí encontré unos calcetines preciosos, muy ricos para esta época en que las mañanas son insoportablemente heladas (no hay caso que pueda entender este clima, en la mañana 1° y en la tarde 23°).
Antes de todo esto ya había caído en la tentación de la típica feria de las pulgas que se pone en la u, donde encontré un cintillo que me encantó, además de un aromatizador de ambientes de naranja y jenjibre muy relajante, especial para estudiar. Por último, anoche acompañé a mi pololo a la farmacia y salí con dos esmaltes colorama, uno color uva que ya he tenido y me encanta y otro de color garota verao (una especie de naranjo con nombre muy gracioso), que nunca había usado pero que se ve precioso.

  




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